Trama y Fondo
VI Congreso Internacional de Analisis Textual

 

RELATO Y TELECOMEDIA: ENTRE LA FICCIÓN Y LA REALIDAD

UN ANÁLISIS DE LA TELECOMEDIA ESPAÑOLA ACTUAL

     
 

Ángel Carrasco

 
     
1. Introducción.  
     
 

Tal y como explícitamente indica el título de mi intervención, a lo largo de los siguientes minutos pretendo intentar exponer las relaciones existentes entre la ficción y la realidad en la telecomedia española actual. Para ello, tomaré como material de reflexión un análisis de los personajes de distintas telecomedias españolas actuales, aunque ya clásicas.  A partir de dicho análisis, intentaré avanzar en exponer las relaciones entre comedia y realismo.         

Sin embargo, antes de comenzar mi intervención, y dados los lógicos y necesarios límites marcados, me veo obligado a hacer una serie de advertencias preliminares, a modo de justificación del contenido de mi intervención:

 
     
 

I. La presente exposición pretende ser un resumen de una parte del proyecto de investigación desarrollado para mi tesis doctoral “Clases medias urbanas y tiempo libre a través de la telecomedia española”. Mi objetivo no es otro que el de exponer algunas de las conclusiones obtenidas a lo largo de todo ese amplio proceso investigador.

II. Ese proceso de investigación lleva consigo un importante momento de análisis de caso como momento empírico, análisis que en este limitado espacio me veo obligado a resumir ampliamente. 

 
     
2. Resumen del trabajo empírico.  
     
 

Mi investigación doctoral consistió, en gran medida, en un análisis de los diferentes contenidos propuestos por la telecomedia española actual emitida en prime time, centrando la atención en personajes, valores, discursos. Para la presente intervención, haciendo un esfuerzo de síntesis y contención, he decidido tomar como base el mencionado análisis de personajes.

 
     
  a. La muestra escogida.  
     
 

Con el fin de buscar una muestra lo suficientemente representativa de la telecomedia española actual, se decidió acudir a los capítulos retransmitidos, de forma inédita y en prime time a lo largo del año 2006, de las principales telecomedias españolas. Para dicha elección se consideraron los siguientes tres factores:

I Contar con indiscutibles éxitos de audiencia. Como referencia, se estableció la barrera de los 3.000.000 de espectadores de audiencia real, o de un 20% de cuota de pantalla (share).

II. Ser emitidas en horario prioritario (prime time).

III. Poder ser consideradas como  telecomedia.

Remitiéndonos entonces a este triple baremo, eligieron como muestra las siguientes producciones:

-Aída: tercera temporada.
-Aquí no hay quien viva: sexta y última temporada.
-Los hombres de Paco: segunda temporada.
-Los Serrano: cuarta temporada.

Siendo consciente de que es posible que no todo el auditorio conozca estas series, con más razón tratándose de un congreso de carácter internacional como el que nos reúne, a pesar de que las limitaciones me impiden entrar con todo detalle a su análisis, considero necesaria una brevísima descripción de las características principales y más relevantes para los objetivos marcados de cada una de ellas.

Aida: El argumento esta serie consiste en la narración de las relaciones personales, problemas laborales y asuntos cotidianos de las gentes y familias un barrio urbano de clase media-baja.Se caracteriza por un humor ácido y mordaz, a través del cual se nos muestra en clave de humor el lado más amargo de la vida y sociedad típicamente urbana.

Aquí no hay quien viva: El concepto de esta serie puede ser definido como el relato de las tensas relaciones de un heterogéneo grupo de vecinos de un céntrico edificio de la gran ciudad, tomando como temas centrales las relaciones de pareja y familiares de algunos vecinos, así como los conflictos, tensiones e incomunicaciones ocasionadas por la convivencia vecinal a través de un humor visual, rápido y fácil que recuerda el estilo del cómic.

Los hombres de Paco: El concepto de esta serie consiste en la narración en clave de humor negro de las vivencias personales y profesionales de un grupo de policías de barrio de una gran ciudad. Los elementos cómicos más empleados por esta serie son el humor negro y el sarcasmo, a través de los cuales se nos relatan graves torpezas policiales en tono cómico.

Los Serrano:Tomando como eje el matrimonio en segundas nupcias dos amigos que deciden retomar su amor de juventud y formar una nueva y amplia familia, aportando él dos hijos varones y ella dos chicas, la serie tendrá como argumento los continuos problemas de convivencia y tensiones sexuales que generará una familia numerosa de hijos de distinto sexo, distintos padres y distintas costumbres, pero de la misma edad. Entre los principales hilos argumentales destacan los problemas matrimoniales de los personajes adultos (destacando la diferente perspectiva que los varones y las mujeres despliegan ante una misma situación), así como los conflictos en las relaciones de pareja los personajes jóvenes, y su repercusión en el ámbito familia y en el círculo de amigos. El concepto de la serie puede definirse de cómo la combinación de la guerra de sexos y del conflicto generacional dentro de una gran familia de clase media en un barrio residencial de una gran ciudad, en la que el humor de enredo es predominante.

 
     
  b. Conclusiones del análisis de caso.  
     
 

Centrándonos ahora en el análisis de personajes llevado a cabo de cada una de las series escogidas, resumiré las principales características encontradas:

Aída.
Los personajes de esta serie representan de forma caricaturesca diferentes personalidades y caracteres estereotípicos de la imagen establecida y popularmente accesible de un barrio popular de una gran ciudad.

I. Los personajes principales de Aída pueden ser analizados como estereotipos reconocibles de diferentes personalidades presentes en el contexto urbano español. Sin embargo, tales estereotipos no pretenden representar al conjunto global de la sociedad,  tomando en su lugar como referente modelos paradigmáticos y ampliamente reconocibles de personalidades atípicas pero comúnmente asociadas a las clases medias-bajas de la realidad urbana (prostitutas, ex-alcohólicos, ex-drogadictos e inmigrantes, entre otros).

II. El proceso de estereotipación empleado se ejecuta de una manera caricaturesca y exagerada como estrategia para el discurso cómico, acentuando así aquellos rasgos, físicos y psicológicos, que posibilitan, más allá de la risa, un fácil reconocimiento de la realidad representada.

Aquí no hay quien viva.
Los múltiples personajes de esta telecomedia coral deben ser concebidos como una representación de diversos estereotipos sociales heterogéneos en conflicto. Para su diferenciación se emplea la caricatura como recurso fundamental, a través de la exageración de los rasgos más característicos y distintivos de los de distintos estereotipos empleados.

I. A modo de representación  microcósmica de la realidad, los personajes de Aquí no hay quien viva conforman una imagen estereotípica de la sociedad urbana española, a través de caracteres de diferentes edades, niveles económicos o culturales, gustos, etc., forzados a convivir dentro de una misma comunidad de vecinos.

II. Dicha representación estereotipada es llevada a cabo en clave de caricatura, como elemento adicional para la comedia, acentuando y exagerando los rasgos y características propias de cada uno de los personajes.

Los hombres de Paco.
La representación de los personajes de esta dramedia policial sigue también la estructura estereotipo-caricatura, aunque añadiendo cierto nivel de complejidad: a la hora de representar el oficio de policía, se toma como modelo evidente una idealización popular de la realidad de tal profesión, a modo de tópico socialmente establecido.

I. Los personajes de Los hombres de Paco representan estereotipos básicos y populares de escasa complejidad de la imagen proyectada socialmente y accesible a las audiencias de la profesión policial. Así, la serie hace acopio, de los diferentes roles y personalidades estereotípicas de la profesión policial en España, instaladas en el imaginario popular a través de un doble movimiento de hibridación en el que confluyen el cliché  general de la complejidad y secretismo de las tramas policiales con el tópico regional de la torpeza, chapucería y bravuconería típicamente españolas

II. Los estereotipos presentados  deben ser concebidos como caricaturas extremas de la imagen popular, y muy probablemente ficticia, del policía español: chapucero, torpe y tendente a la improvisación, pero valiente, bravo y decidido.

Los Serrano.
Los personajes de Los Serrano se articulan en torno a una doble segmentación según edad y sexo en la que personajes masculinos y femeninos quedan ampliamente diferenciados a través del modelo de estereotipo y caricatura.

I. El estereotipo de  caracteres tradicionalmente considerados como típicamente masculinos y femeninos se plantea como principal recurso para la configuración de personajes cómicos y risibles, obteniendo  como resultado una construcción, en clave de tópicos y clichés, de personajes que reúnen en sí mismos aquellos rasgos y elementos socialmente aceptados como masculinos (torpeza emocional, falta de modales refinados, escasa sensibilidad cultural) y femeninos (sensibilidad, inteligencia, capacidad para el trabajo y la organización doméstica y familiar).

II. La radical distinción entre hombres y mujeres encuentra asimismo apoyo en la exageración caricaturesca de los rasgos más característicos y reconocibles de los personajes, obteniendo cierta predisposición a la comedia, a través del choque de contextos y el enredo.

Conclusiones generales.
Ejecutado el estudio de los personajes de las cuatro telecomedias que conforman la muestra de análisis (siendo las líneas precedentes, insistimos, un exhaustivo resumen del mismo), estamos en disposición de establecer las siguientes conclusiones generales acerca de la telecomedia española contemporánea:

  1. Hace uso de personajes estereotípicos: sus personajes representan ciertos estereotipos, tópicos y clichés de la realidad urbana española. Esta característica permitiría un fácil reconocimiento de la representación por parte de las audiencias.

  2. Hace uso de personajes caricaturescos: los elementos más característicos, definitorios y reconocibles de los estereotipos, tópicos y clichés representados son exagerados notoriamente. Esta característica es responsable, en gran medida, del perfil cómico de los personajes.

  3.  La recreación de los personajes emplea como modelo e inspiración diferentes representaciones del imaginario colectivo popular de la sociedad: se acude con ello a la representación de ideas generalizadas, ancladas en el imaginario colectivo de las audiencias, y lugares comunes y políticamente correctos y aceptables de la realidad imitada, eludiendo con ello la representación de posibles rasgos conflictivos, problemáticos y susceptibles de debate o diversas interpretaciones.
 
     
3. Realismo y pseudo-realismo en la telecomedia española.  
     
 

Analizando el especial realismo que, a nivel de personajes, muestra la telecomedia española, nuestro análisis de caso revela, según hemos señalado, cómo el estereotipo y la caricatura se erigen como principales recursos discursivos y creativos en la recreación de sus personajes. Este hecho nos llevará ahora a reflexionar en la posibilidad de que estereotipo y caricatura conduzcan hacia cierto margen de distorsión de la realidad que la telecomedia plantea como horizonte representativo. Asumiendo entonces el hecho de que la telecomedia parte de una imagen de la propia realidad en la recreación de sus personajes, es preciso analizar el papel que desempeñan la caricatura y el estereotipo como determinantes factores de distorsión del mencionado realismo.

Centrándonos en primera instancia al estereotipo, ya había quedado señalado cómo la telecomedia española hacía uso de este recurso con el fin de que en un mismo personaje estuviesen recogidos todos los rasgos identificativos del segmento o región social que pretendía ser representado. En este sentido, era habitual la acentuación de defectos, imperfecciones, e incluso aspectos físicos de los personajes, obteniendo con ello como resultado, en un abierto ejercicio de simplificación, la representación de una realidad poco conflictiva y políticamente correcta instalada en el imaginario colectivo de las audiencias.

Según lo dicho y justificado puede entonces reconocerse que, a pesar de que en la telecomedia española la realidad misma se establezca como amplio horizonte mimético y representativo, tal vasto margen resulta rebasado, en aras de ofrecer una condensación simbólica y discursiva. Así, si bien es cierto que el estereotipo contribuye a facilitar una economía argumental y discursiva concentrando en escasos personajes los rasgos y características definitorias y esenciales de los diferentes segmentos y regiones de la sociedad imitada, cierto es también que actúa de forma directa como primer momento de distorsión del realismo, en tanto que tal condensación de rasgos actúa siempre exagerando y pervirtiendo la realidad.

Considerando ahora a la caricatura, debe señalarse que si bien la recreación de personajes parte de la propia realidad, la deformación caricaturesca a la que se ven sometidos (a través de la exageración de los elementos y características arquetípicos ya estereotipados, con la intención de ridículo y broma para desarrollar un perfil orientado a la comedia), desarrolla un segundo momento de distorsión de la realidad. De tal modo, los rasgos realistas que ya habían sido distorsionados a través del estereotipo, sufren de nuevo una segunda deformación mediante la cual los elementos estereotípicos son manipulados con la intención de que, a ojos de las audiencias, puedan llegar a resultar cómicos y risibles.

La telecomedia se cimenta así sobre una fuerte tensión precariamente resuelta entre realismo y ficción puesto que, si bien es cierto que la realidad es punto de partida para la creación de sus personajes, cierto es también que tal realismo se ve sometido, a través del estereotipo y la caricatura, a una serie de distorsiones, las cuales nos permiten hablar, tal y como formalmente se hace, de la telecomedia como género de ficción, considerando en este sentido que no existe en ella una voluntad de reflejo documental o especular de lo que es, tal y como es, a pesar de su fuerte capacidad representativa, sino una voluntad de comedia.

Con el propósito de poder profundizar en dicha tensión problemática, resulta altamente fructífero acudir a un concepto ciertamente y marginal y secundario (en el sentido de derivado de otros conceptos de mayor alcance y generalidad) de la Teoría Crítica como el de «pseudo realismo» (fake realism, pseudo realism), tal y como aparece en el texto “How to look at television” (2) de T. W. Adorno (un artículo poco conocido pero fundamental para toda pretensión de análisis de los contenidos y discursos de la ficción televisiva en general). Este concepto nos permite identificar el significado del pseudo realismo de la telecomedia española como modo de comprender el imaginario colectivo realista a partir de un proceso de mistificación de la realidad cotidiana, a través de la caricatura y el estereotipo de sus personajes y contenidos. Por una parte, en el lado del estereotipo, el pseudo realismo operaría en la fijación de modelos sociales escasamente problemáticos y en una propuesta de economía discursiva, argumental y estilística. Por otra parte, en el lado de la caricatura, la exageración de los elementos y características ya aislados y focalizados a través del estereotipo provocaría una fuerte magnificación de aquellos aspectos de la realidad que ya habían quedado previamente señalados, contribuyendo así a la reificación del estereotipo.

De tal modo, la doble articulación estereotipo-caricatura que opera en el pseudo realismo, tal y como éste se desarrolla en la telecomedia española, lejos de significar una distorsión capaz de aumentar las distancias entre ficción y realidad, redunda en una forma de hiperrealismo a través de la simplificación y condensación en escasos elementos los rasgos más reconocibles y representativos de la realidad imitada.

 
     
4. Condiciones de posibilidad de la comedia por imitación.  
     
 

Considerando la combinación de pseudo realismo con la pretensión de entretenimiento en clave de diversión como rasgos propios de la telecomedia española, debe afirmarse que el modelo de humor que propone a sus audiencias es, por tanto, el de un humor por imitación (3). Partiendo de esta delimitación, analizaremos en este último espacio las condiciones de posibilidad de la comedia por imitación de la que se vale la telecomedia española en su propuesta de entretenimiento divertido. En este sentido, el primer objetivo a desarrollar es de de determinar cuál es el objeto imitado en la telecomedia española.

En tanto que comedia por imitación, de una forma genérica y preliminar habíamos anticipado ya que dicha imitación se llevaba a cabo con respecto a personajes de la vida cotidiana, bajo un tratamiento accesible y familiar. No obstante, no habíamos establecido qué hacía risible esa imitación; es decir, a qué niveles opera la caricatura como principal recurso de la comedia por imitación.

Rescatando lo ya dicho, hemos de comenzar indicando que la caricatura en la telecomedia española opera a través de la exageración de los elementos más reconocibles de personajes y situaciones representados. No obstante, precisando de forma más concreta, debemos destacar que son siempre exagerados los elementos más ridículos y defectuosos. Así, los vicios y las imperfecciones conforman los elementos más distintivos de todos los personajes de la telecomedia.

Reconociendo entonces el empleo de la mímesis de lo ridículo y lo defectuoso como punto de partida del humor por imitación del que se vale la telecomedia española, pero reconociendo asimismo que aquello ridículo y defectuoso que se imita está presente, en clave de imitación pseudo realista, en la propia realidad imitada, hemos todavía de determinar cómo es posible que se pretenda la risa a través una representación de los defectos que están presentes en nosotros mismo y en nuestra sociedad. Para comprender esta particularidad de la comedia por imitación, es especialmente relevante acudir a la Poética de Aristóteles (4).

Aristóteles, para quien toda forma de poesía es ante todo un arte imitativo, propone la siguiente caracterización de la mímesis de la que se vale la comedia:

 
     
 
“La comedia es, como hemos dicho, imitación de hombres inferiores, pero no en toda la extensión del vicio, sino que lo risible es parte de lo feo. Pues lo risible es un defecto y una fealdad que no causa dolor ni ruina (sine dolore)” (5).
 
     
 

Llamaremos la atención sobre la última parte de esta definición, en la que se hace explícita referencia a la necesidad de una imitación “sin dolor ni ruina” para que los vicios y los defectos imitados puedan ser objeto de comedia. Se trataría, por tanto de poder desarrollar una forma de imitación en la que pudiera evitarse cualquier forma de piedad, compasión, dolor o pena. Con ello,  para que la imitación de lo real de la que se vale la telecomedia pudiera resultar risible, si bien es cierto que debería hacerse cargo de los vicios y defectos que acontecen en la propia realidad, debería ser capaz de hacerlo de tal modo que esa imitación quedase fuera de los márgenes del dolor, la piedad, el temor y la compasión (pasiones propias de la tragedia, según el mismo Aristóteles).

Así, para que los contenidos de la telecomedia puedan resultar risibles la imitación de lo real debe acentuar de forma específica los vicios y defectos, se impone la necesidad de cierta distancia (además de la propia distancia estética que impone la propia pantalla del televisor); una distancia consistente en ofrecer contenidos y personajes tomados de la propia realidad, pero deformando esa realidad hasta el punto de que, si bien podamos reconocer como realmente existente lo que es representado (en virtud de su similitud material), no podamos llevar a cabo un proceso activo y consciente de identificación directa con los personajes y situaciones representadas (gracias a la deformación que lleva consigo pareja la exageración de los defectos y vicios, en clave de caricatura). Discursivamente hablando, podemos afirmar que la telecomedia y su pretensión de comedia por imitación se mueve en torno a la delgada línea que separa la posibilidad del reconocimiento de sus contenidos como accesibles y familiares, de la identificación directa y consciente de tales contenidos como parte de su propia identidad.

En este sentido vuelve a recuperar fuerza el carácter pseudo realista de la telecomedia, pues sólo a través de las ya aludidas deformaciones y distorsiones de la realidad imitada en las que consiste es posible convocar la distancia necesaria para que no se produzca esa identificación entre las audiencias. A través del pseudo realismo, la telecomedia logra organizar todo un universo de ficciones en clave de chistes, caricaturas, enredos y giros argumentales, aunque manteniendo siempre a la realidad misma como firme horizonte de tales ficciones, desvelándose la doble distancia que propone la telecomedia (distancia estética, en tanto que producto televisivo, y distancia fáctica, en tanto que producto pseudo realista) como artificio necesario para la comedia por imitación que pretende.

 
     
5. Notas  
     
 

(1) Carrasco Campos, A. (2009): Clases medias urbanas y tiempo libre a través de la telecomedia española. Universidad Rey Juan Carlos, Madrid (trabajo no publicado).

(2) Adorno, T. W. (1954): «How to look at televisión», en The Quarterly of Film, Radio and Television. Vol. 8, nº 3.

(3) Con ello, quedan fuera de nuestras siguientes consideraciones otras formas de comedia, como la comedia surrealista o absurda, el humor a través de trabalenguas o los juegos de palabras, que aun pudiendo tener un lugar en la telecomedia española, no representan el principal modelo de humor.

(4) Aristóteles (1974): Poética. Gredos, Madrid. Edición trilingüe a cargo de Valentín García Yebra.

(5) Ibd. 1449a, 30-35. pp. 141-142.

 
     
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